Siento en el aire tu presencia.
Te observo en silencio
mientras todo se impregna
con el aroma de tus hojas,
con el rocío de tus besos...
Me gusta cruzarte a escondidas,
tocarte,
acabar dormida a tu lado entre el helecho, sobre la tierra...
Descubrir contigo que cada cumbre
tiene su luz al amanecer,
y al atardecer su sonido.
Y sin remedio me abandono
dejando que me cubras,
que me arropes,
con el velo de la niebla...
© Mar Muñoz |